¿Por qué un pelotazo en el pecho puede causar un paro cardíaco?

Publicado: 29 / 03 /2025

Una ironía cruel del destino convierte un sueño en una pesadilla. Así se siente el ambiente que rodea a las divisiones formadoras de San Lorenzo y a la familia de Oswaldo Balanta, un joven futbolista colombiano de apenas 23 años cuyo anhelo de hacer historia en el fútbol argentino se ha visto convertido en tragedia. Originario del Boca Juniors de Cali, Balanta estaba en Buenos Aires buscando la oportunidad de su vida. Sin embargo, la fatalidad se apareció en el campo de juego: un pelotazo le provocó un paro cardíaco y, 48 horas después, se encuentra en estado crítico, con un pronóstico reservado que inquieta a todos.

La secuencia dramática comenzó el miércoles por la tarde, en una de las prácticas rutinarias de la Reserva de San Lorenzo. La vida de Balanta fue salvada en el preciso instante por un desfibrilador y la intervención rápida del cuerpo médico del Ciclón, pero la odisea no terminó allí: fue trasladado de urgencia al Hospital Piñero y, posteriormente, al Sanatorio Finochietto, donde continúa luchando por su existencia. Aunque no tiene contrato, los directivos del club no se desentienden de su estado; su madre ha llegado desde Colombia para estar a su lado en este crítico momento.

En medio de esta incertidumbre, hay una pregunta aterradora que resuena en la mente de todos los que aman el fútbol: ¿puede un pelotazo ser letal? La respuesta, aunque incomprensible, es afirmativa.

Norberto Debbag, un renombrado cardiólogo y deportólogo asociado al club Estudiantes de Buenos Aires, ofreció su perspectiva sobre el fenómeno que ha llevado a Balanta a esta situación extrema. En una conversación profunda con Clarín, explicó que el impacto en el tórax puede desencadenar una alteración cardíaca peligrosa. “Un pelotazo provoca cambios en la presión y un estiramiento violento de las fibras musculares, generando una fibrilación auriculoventricular”, detalló el especialista con voz segura.

Debbag prosiguió: “Esta es una arritmia mortal, llamada conmotio cordis, inducida precisamente por el impacto”.

La precisión médica de Debbag es escalofriante. Según su análisis, tanto el lugar del golpe como el momento exacto del ciclo cardíaco son críticos para determinar las causas de un colapso. “Si el pelotazo ocurre durante la contracción no pasa nada; pero si es durante la fase de recuperación, se produce esta fatal arritmia que puede llevar al desastre”, advirtió.

Los números son preocupantes. Según estudios recientes, la tasa de supervivencia tras un paro cardíaco cae dramáticamente con el tiempo: si se aplica un desfibrilador en menos de tres minutos, la posibilidad de vida se sitúa entre el 58% y el 60%; después de ese umbral, cae al 5%. “Hubo una muerte súbita que se pudo revertir; de cada 10, se recuperan 6”, resumió con un tono de esperanza tenue.

El joven futbolista continúa internado, luchando por su vida con asistencia respiratoria que busca estabilizar sus valores vitales. Durante esos minutos críticos, su cerebro sufrió por la falta de oxígeno, lo que puede traer complicaciones como un edema cerebral, una tragedia más en este escenario dantesco. El especialista concluyó que, una vez estabilizado, se deberá evaluar su recuperación y las secuelas que podría dejar este oscuro episodio. Afortunadamente, su juventud es un rayo de esperanza en medio de la tormenta.

Desde San Lorenzo aseguran que Balanta pasó exámenes médicos previos a su incorporación al club, los cuales no revelaron ningún inconveniente de salud. “Fue una causa externa; un pelotazo, pero también pudo haber sido una patada o un golpe de calor. Fatalidades que pueden afectar a corazones sanos”, explicó Debbag, dejando claro que, en el fútbol, la tragedia siempre acecha.



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