¿Por qué el 17 de octubre es el Día de la Lealtad Peronista en Argentina?

Publicado: 18 / 10 /2024
La postal icónica de la movilización de trabajadores en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada
La postal icónica de la movilización de trabajadores en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada

El Día de la Lealtad, cada 17 de octubre, es un momento crucial en la historia del peronismo argentino. Esta fecha conmemora la emotiva movilización de 1945 en la Plaza de Mayo, donde miles exigieron la liberación del entonces coronel Juan Domingo Perón.

Pero más que una fecha, es un símbolo del despertar del movimiento obrero argentino, marcando el inicio de una era en la que la voz del trabajador cobró una fuerza sin precedentes. Desde aquel entonces, el 17 de octubre ha pasado a ser un día de profunda resonancia para quienes defienden y sienten el justicialismo en Argentina.

Aquel día histórico, una marea humana colmó la Plaza de Mayo, y Perón, al ser liberado, se dirigió desde el balcón de la Casa de Gobierno a la multitud con palabras que se grabaron en el alma del pueblo.

Esto es pueblo. Esto es el pueblo sufriente que representa el dolor de la tierra madre, que hemos de reivindicar. Es el pueblo de la patria. Es el mismo pueblo que en esta plaza pidió frente al Congreso que se respetara su voluntad y su derecho. Es el mismo pueblo, que ha de ser inmortal, porque no habrá perfidia ni maldad humana que pueda estremecer este pueblo grandioso en sentimiento y en número”, proclamó.

La escena política de 1945 era compleja. La detención de Perón fue resultado de tensiones entre líderes militares, y su eventual desplazo atendía a una mezcla de demandas políticas y oposiciones dentro del propio gobierno de facto, alimentadas por resistencias empresariales y sectores conservadores a las reformas laborales iniciadas desde la secretaría de Trabajo y Previsión.

Coronel y candidato popular, Perón había esbozado una defensa de los derechos laborales que tocó fibras sensibles en el tejido social. Sin embargo, varios sindicatos mostraron una disposición resignada frente al golpe que buscaba destituirlo.

Sin embargo, aquel octubre, la voluntad de los cuadros gremiales intermedios fue una fuerza arrolladora que se levantó en favor de Perón, desbordando las expectativas de todos y gestando un movimiento capaz de revertir el curso político de la Argentina.

A pocos días de su encarcelamiento, el clamor por su libertad se multiplicó y el sentimiento de lucha se tradujo en una manifestación sin precedentes.

La efervescencia creció e inclinó la balanza hacia un cambio inevitable. La presión, sustentada por una abrumadora demostración de poder popular, desenlazó en la renuncia de los actores militares opuestos y consolidó un terreno fértil para el retorno de Perón, quien entonces recogió el testigo del liderazgo en la Casa Rosada, devenido en símbolo del porvenir argentino.

Los obreros movilizados se dirigen a Plaza de Mayo para exigir la libertad de Perón
Los obreros movilizados se dirigen a Plaza de Mayo para exigir la libertad de Perón

Desde entonces, el 17 de octubre no sólo remite al pasado, sino que sigue siendo una referencia viva del poder de cambio que reside en la unidad del pueblo, y una lección relevante en el escenario político actual, que interpela al liderazgo y el compromiso con las causas sociales. En este contexto, recordar esa gesta es renovar el compromiso con los ideales de justicia social y equidad que fundaron el peronismo, manteniendo viva la mística que aquel día se reanimó en las almas de los trabajadores argentinos.

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