Opinión | “Me importa un comino”: Trump deja claro qué piensa sobre la inflación
Publicado: 04 / 04 /2025Un Vaivén Llamado Trump: Las Tarjetas Alimenticias que Ya Sentimos en el Bolsillo
Si hay algo que Donald Trump prometió y no cumplió, fue bajar los precios del supermercado. Mientras nos decía que los precios de la comida bajarían “rápidamente”, lo que nos encontramos fue con otro cuento.
¿El costo? Un golpe directo al bolsillo de los consumidores estadounidenses. Los aranceles de Trump, destinados a “mejorar” la economía, están encareciendo todo lo que importa Estados Unidos. Desde autos hasta juguetes, pasando por celulares y, sí, también nuestros alimentos. Increíblemente, una quinta parte de la comida en EE.UU. es importada, y con estos aranceles, consumir frutas y verduras se está volviendo un lujo.
“Votar a Trump era sinónimo de votar por más dolores de cabeza,” decían algunos, y lo ha demostrado.
En campaña, Trump nos vendió la idea de que acabaría con la inflación, que sería un “tema solucionado” desde el primer día. Pero, apenas asumió, confesó que “es difícil reducir precios una vez que suben,” dejándonos a las claras con promesas vacías.
Trump apostó a que otros países pagarían sus aranceles. Aseguraba que sería “un costo para otros, no para nosotros.” Acto seguido, la Fundación Tax pone las cosas claras: un arancel no es más que un impuesto para quienes compramos productos extranjeros.
Y ante el golpe, Trump aplaude: “Ojalá suban los precios, así compramos autos fabricados aquí.” Claro, un auto “made in USA” tiene más de la mitad de sus piezas importadas. La realidad es que el impacto ya se siente en la economía americana, y los hogares son los que pagan el pato.
Aunque ahora Trump vea los aranceles como un atajo para revivir la industria automotriz local, los economistas no están convencidos. Con el juego de piezas que vienen de México y Canadá, imponer más barreras significará mayor desempleo y -adivinen qué- más inflación.
La realidad pega duro. Un informe reciente sugiere que los aranceles de Trump contra China, Canadá y México costarán a las familias americanas entre $1,600 y $2,000 al año.
Así es, mientras el ex-presidente continua con su cruzada de promesas incumplidas, las familias estadounidenses siguen luchando para mantenerse a flote en estos tiempos de bolsillo apretado.