La conexión entre los barrabravas de Merlo y Patricia Bullrich: Una historia poco contada

Publicado: 23 / 03 /2025

Pero sorprende que Bullrich no encuentre barrabravas más importantes para sostener su denuncia.

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Deportivo Merlo

El Club Social y Deportivo Merlo, ubicado en el corazón de Merlo, ha sido testigo de un complejo entramado histórico, desde su ingreso temprano a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en 1956, hasta ser testimonio de decisiones políticas que transformaron su destino.

La historia del club es, en muchos sentidos, un microcosmos de las dinámicas políticas argentinas. En 1968, cuando la AFA exigió la desaparición de clubes sin estadio, Raúl de León, con una visión de futuro y aliados como el interventor Valentín Suárez, logró lo impensado: un estadio nuevo en 4 meses. Así, con el apoyo estratégico de la Revolución Argentina, encabezada por Juan Carlos Onganía, Deportivo Merlo obtuvo el predio donde se erige su estadio actual.

Entrenadores y jugadores de renombre pasaron por el club, pero tal vez sea José Manuel Moreno, o “el Charro”, quien dejó una huella imborrable. Entrenador en 1977 y 1978, su legado es recordado con el nombre del estadio.

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Los Zalazar

El poder de la barrabrava del Deportivo Merlo es un capítulo aparte. En los años 90, Jorge Zalazar, conocido como ‘el Cordobés’, se erigió como líder indiscutible. Sin embargo, su muerte en 2000 desató una feroz lucha interna. Relacionados con estructuras de poder local, los Zalazar permanecen como figuras complejas que, según algunos, aún podrían influir en la dinámica del club.

Argentino de Merlo

Compitiendo en el mismo territorio, el Club Atlético Argentino de Merlo ostenta su propio bagaje histórico. Conocido también como “la Academia del Oeste”, la institución se ha visto envuelta en situaciones controversiales que trascienden al deporte.

Argentino de Merlo, lejos de ser solo un testigo pasivo, comparte el escenario de tensiones y desafíos propios de un contexto político y social en constante cambio.

Historia

Ambos clubes reflejan una parte del ADN argentino, donde el fútbol no solo es pasión sino también territorio simbólico y escenario de disputas que, al igual que en la política, mezclan intereses, historia y futuro. La dualidad en Merlo con dos estadios y la falta de una infraestructura unificada simbolizan esa rica complejidad.





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