Golpes, botellazos y escándalo: polémico cierre del partido entre Tigre y Platense

El partido entre el Matador, es decir, Tigre, y el Calamar, alias Platense, terminó en un soporífero empate 0 a 0. Sin embargo, lo que el encuentro careció de emoción en el campo, le sobró en polémica una vez concluido en el estadio José Dellagiovanna.

El clásico entre Tigre y Platense finalizó con un aburrido 0-0; sin embargo, el verdadero espectáculo se dio después, cuando ambos equipos protagonizaron un escandaloso cruce camino a los vestuarios. Hubo piñas, botellazos, todo el condimento de una batalla campal.

El árbitro, Leandro Rey Hilfer, acababa de dar por terminado el partido cuando el conflicto se trasladó al túnel de los vestidores. El tumulto se originó por unos entredichos que llegaron a mayores entre Agustín Cardozo, capitán de Tigre, y Guido Mainero de Platense. A esto se sumó Mateo Pellegrino, y la cosa ya no tuvo control.

La gresca se desató frente a la entrada del vestuario visitante, y para entonces ya estaba claro que volaban puños y botellas de agua de ambas partes. Hasta hubo espectadores que atestiguaron cómo algunos jugadores de Platense querían calmar los ánimos a través de una ventanita que daba al pasillo, mientras la seguridad privada trataba de imponer orden sin mucho éxito.

Tras un tenso tira y afloje, ambos planteles finalmente entraron a sus vestuarios, dando fin a una bochornosa escena que opacó un clásico más para el olvido dentro del ámbito futbolístico.

Para calmar las aguas, no faltaron los intentos de los entrenadores. Tanto Domínguez como Orsi y Gómez buscaron en paz y desde el mismo lugar enviar un mensaje de calma. Aunque la tarea no fue fácil, después de varios minutos el clima se fue serenando.

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