Gero Arias reunió a miles en el Obelisco para recibir el Año Nuevo, pero terminó con las manos lastimadas. ¿Qué pasó? Te contamos la historia.

Publicado: 01 / 01 /2025

“No tiene ningún tipo de sentido”, exclamaba Gero Arias al desembarcar en el Obelisco, donde una multitud ansiosa lo aguardaba. La escena parecía sacada de un delirio colectivo: un joven de 20 años, influencer con millones de seguidores en redes sociales, estaba a punto de culminar su inusual desafío del año. La tarea: realizar 366 dominadas, un ejercicio que exige colgarse de una barra, sin tregua, sin pausa.

Desde el 1° de enero, Arias había conquistado una dominada por cada día del calendario. Pero esta jornada, 31 de diciembre, no era solo la última de la cuenta: se transformaba en el clímax de un evento que desbordaba la lógica. La temperatura sobrepasaba los 30 grados, y a pesar de ello, la multitud que lo rodeaba era asombrosa.

La vida es surreal”, insistía Gero mientras la tarde avanzaba, más de cuarenta minutos después de la hora pactada. En un improvisado escenario, dispuesto sobre un puesto de la Policía de la Ciudad, en la intersección de Diagonal Norte y 9 de Julio, el joven se preparaba para lo que ya se había transformado en un espectáculo mediático. La gente aclamaba con una intensidad que desafiaba cualquier entendimiento.

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Este acto marcaba el cierre de una gira mundial que había llevado a Gero por diversos países, siempre congregando multitudes con sus dominadas. Su impacto había sido tal que, se dice, muchos jóvenes adoptaron esta práctica como un nuevo estilo de vida. Las palmas llenas de callos se han convertido en un emblema de orgullo.

El intento de 2024 no era el primero para Arias. En 2023 fracasó en el día 280 debido a manos lastimadas por el esfuerzo. Sin embargo, esta vez todo indicaba un desenlace victorioso. Y así fue: a las 17:49, el joven se quitó la camiseta, porque el espectáculo siempre debe tener su dramatismo, y comenzó.

Gero Arias

Las primeras 30 dominadas fueron ejecutadas con la destreza de un experto. Después, se colgó de un solo brazo, como si quisiera demostrar que no solo tiene fuerza, sino también estilo. Continuó con otros 20, luego 10 más, y la multitud vibraba con cada movimiento, como si cada dominada fuera una obra maestra.

La transmisión en vivo del récord de Gero Arias

El streaming del evento no se quedaba atrás. Más de 370.000 personas seguían la transmisión en vivo, un número inimaginable hace unos años para lo que sería ver a alguien colgado de una barra. A las 18:09, el contador alcanzó las 210 dominadas. Las manos de Gero ya comenzaban a sangrar, su rostro reflejaba un sufrimiento que ni las cámaras podían ocultar.

A las 18:18, el joven superó su propio récord de 2023, alcanzando las 290 dominadas. La multitud estalló en aplausos. Como un atleta olímpico, Gero tomó un breve respiro colgado de un brazo, mientras la barra se erguía como único testigo de su resistencia.

Cuando el reloj marcó las 18:20, solo quedaban 56 dominadas para alcanzar su meta. La expectativa era palpable. Gero se elongó mientras los gritos de “¡Sí, se puede!” reverberaban entre los asistentes. La atmósfera tenía más de épica que de simple competencia física.

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A las 18:24, Gero alcanzó las 350 dominadas. Cada movimiento lo acercaba a una gloria reservada para los héroes contemporáneos de las redes sociales. Un minuto después, finalmente, superó su meta: 366 dominadas. El público estalló en gritos y aplausos, como si se hubiera ganado un campeonato deportivo.

Con las manos devastadas, el joven lloró. Su familia lo abrazó, y las fotos de sus heridas no tardaron en adornar su cuenta de Instagram. La multitud comenzó a dispersarse, mientras el Obelisco lentamente retomaba su rutina habitual.



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