Escándalo por sueldos: Villarruel se mostró descontenta porque cobra menos que un vocero

Victoria Villarruel, vice de Milei, lanzó un cruce al estilo directo que la caracteriza, y la Casa Rosada se sintió en la mira. A través de Instagram, donde la vice suele abrir su corazón político, se dejó ver claramente su descontento ante una situación que incumbe incluso al mismísimo Javier Milei. Se quejó porque, según dice, su sueldo está congelado, lo que lo deja muy por detrás de lo que cobran otros funcionarios, incluso un vocero. La vice tiene problemas con el sueldo, ¿quién lo diría?

La controversia estalló justo cuando los senadores reciben críticas por sus haberes, los cuales, por decisión de Villarruel, permanecerán estables hasta marzo, evitando escaladas de salarios que pueden llegar a rozar los 9.5 millones de pesos. Su preocupación en este ámbito no la convierte en la mejor amiga de Milei. Los dardos no se acaban ahí, también llegan a Martín Menem, el capo de Diputados, a quien pone en la picota al recordar que cerrar el Congreso sería como cerrar un capítulo democrático, algo que las dictaduras aman hacer.

La vice escoltó sus palabras en un ida y vuelta con seguidores en Instagram, reafirmando su postura de marcar distancia de Milei y sus políticas. Villarruel congeló el salario de los senadores justo antes de recibir fuertes críticas, argumentando enfáticamente que el resultado impacta en trabajadores con salarios cada vez más lejanos a los promedios dignos. Su ofrecimiento para extender este congelamiento a todo 2025 da de qué hablar, bastante más cuando su propio sueldo sigue igual y percibe “sólo” unos 2,9 millones después de descuentos.

El incremento de precios no parece ayudarla; aún con la proclamada disminución de la inflación y la estabilización macroeconómica de Milei, algunos básicos accesorios como prepagas y cargas fiscales se ven con cifras en alza. Ella gana menos que varios en su alrededor, incluyendo jueces y diplomáticos. Por su rol, afirma orgullosa que es de las funcionarias que menos percibe.

En las sombras de estas tensiones, Villarruel resalta con ironía el ascenso de Manuel Adorni, un vocero presidencial elevado de rango y con mejorado sueldo, lo que evidentemente no pasó desapercibido para la vice.

A pesar de la tranquilidad que pareciera rondar a Martín Menem, quien aunque recibió aplausos de Milei por gestionar las dietas de los diputados, no escapó a la crítica categórica de Villarruel, resaltando un 70% de incremento en sus dietas y llamando a la transparencia. Milei, en idas y venidas del tema, califica de “mierda” las subidas de los senadores pero mantiene cierta distancia de Villarruel en esta cancha asfixiante del sueldo y el presupuesto.

En otro frente, Villarruel arremete contra la reforma constitucional del ’94, presidida por Carlos Menem. Su fuerte defensa del Congreso contra los vetos repetidos de Milei es otro testimonio de sus diferencias abiertas. Su llamado a proteger el Poder Legislativo, incluso con sus fallas notorias, resuena como una lucha personal por la democracia, temiendo, quizás, la sombra amenazante de la dictadura.