El significado y la celebración del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
Publicado: 29 / 11 /2024Cada cuarto jueves de noviembre, en el corazón de los Estados Unidos, se vive una jornada que evoca el sentir más profundo de gratitud y unidad. En múltiples hogares, las familias se congregan para conmemorar el Día de Acción de Gracias, un legado que trasciende el tiempo y nos invita a mirar hacia atrás con aprecio y hacia delante con esperanza. Esta celebración va más allá del banquete tradicional, personificando la esencia de la comunidad y el reconocimiento de los desafíos superados desde sus antiguos orígenes.
Al indagar en los antecedentes históricos y el impacto cultural de esta celebración en suelo estadounidense, se nos presenta una oportunidad para reexaminar el significado de dar gracias en 2024, recordando aquella primera vez que los colonos europeos pisaron lo que hoy conocemos como Norteamérica.
Todo comenzó en septiembre de 1620, cuando alrededor de 100 valientes, los peregrinos, emprendieron la travesía en el famoso barco Mayflower, dejando atrás las restricciones religiosas de Inglaterra en busca de libertad en tierras americanas. Tras dos largos meses navegando el Atlántico, arribaron a Cape Cod, Massachusetts, en un noviembre que cambiaría la historia.
Plymouth se convirtió en su nuevo hogar tras las dificultades iniciales en Provincetown. No obstante, enfrentaron el gélido y riguroso primer invierno en Nueva Inglaterra, que cobró la vida de la mitad de los colonos que arribaron en el Mayflower. De este grupo original, solo unos 50 sobrevivieron para contar la historia.
Sin embargo, su supervivencia fue posible gracias a la bondad de los nativos Wampanoag, bajo el liderazgo del jefe Massasoit, quienes no solo les enseñaron a cultivar y pescar, sino que les dieron una mano amiga en el momento más crucial. Este intercambio enriquecedor, aunque lleno de eventualidades y malentendidos futuros, inició una relación que duraría con el paso de las generaciones.
Con la llegada del otoño de 1621, el esfuerzo conjunto entre peregrinos e indígenas rindió su fruto: una cosecha suficiente para enfrentar el invierno. Lo celebraron con un festín de tres días que, si bien no fue llamado Día de Acción de Gracias en aquel instante, sí fue el precursor de lo que hoy emblematiza la gratitud nacional en EE.UU.
El acto de agradecer está enraizado en esta conmemoración y simboliza una constante que los une a través del tiempo y el espacio. Para los originarios peregrinos, agradecer era un gesto diario de agradecimiento por la bondad celestial y terrenal recibida.
La evolución de esta efeméride responde a la suma de varias iniciativas gubernamentales y cambios socioculturales. Primero, el presidente Abraham Lincoln en 1863 estableció el último jueves de noviembre como un momento de unidad gracias al apoyo de Sarah Josepha Hale, quien sosegadamente promovía la idea de una festividad en todo el país.
En las tensas décadas de la Gran Depresión, Franklin D. Roosevelt intentó cambiarlo al tercer jueves de noviembre para expandir la temporada de compras navideñas, aunque esta adaptación encontró resistencia. Finalmente, el Congreso fijó en 1941 el cuarto jueves de noviembre como el día oficial, sellando un consenso unificador.
Hoy, el Día de Acción de Gracias ha cobrado una dimensión cultural contemporánea marcada por cenas familiares y eventos como los desfiles y los apasionantes encuentros de fútbol americano. No obstante, el origen espiritual de gratitud y comunidad sigue intacto, recordándonos de dónde venimos y hacia dónde podemos llegar.