Bullrich admitió sentir “vergüencita” y Moreau la llamó “mercenaria de la violencia del Estado”
Publicado: 18 / 10 /2024
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, protagonizó un acalorado intercambio con el diputado de Unión Ciudadana, Leopoldo Moreau, en el marco de su exposición sobre el Presupuesto 2025 en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso. Frente a las acusaciones de Moreau, Bullrich se mostró desafiante: “Conmigo no se va a meter así. Que me haga una denuncia… A mí me daría vergüencita. Le dije ‘cuidado’, ‘cuidadito’, ¿y eso lo ve como una amenaza? La verdad es que es un gigante con pies de barro, se cae…”, señaló en declaraciones posteriores.
En una conversación con Radio Mitre, Bullrich defendió su gestión, especialmente en lo que concierne a los operativos antipiquetes, argumentando que “el monopolio de las fuerzas las tiene el Estado, la sociedad, no yo. Mientras tanto, Moreau, desde su lugar en Radio Provincia, sostuvo que Bullrich “se volvió loca” ante preguntas incómodas relacionadas con su accionar en represiones alrededor del Congreso, incidentes que la propia Bullrich ha desestimado.
El debate sobre la inteligencia en el Servicio Penitenciario Federal subió de tono cuando Moreau cuestionó la capacidad de Bullrich para manejar situaciones de seguridad, algo que la ministra rechazó de manera enérgica, poniendo en duda incluso las credenciales del legislador: “Caradura. ¿Querés que te cuente la plata de [Alfredo] Yabrán que pusiste, que cobraste vos acá? ¿Querés que te cuente? Cuidadito”.
Desde el lado de Moreau, se reveló una preocupación más amplia con respecto a cómo las políticas y las declaraciones de Bullrich podrían desestabilizar tanto la confianza de inversores extranjeros como la de las agencias de inteligencia, al describir erróneamente hechos relevantes de seguridad: “Cada vez que anuncia que hay terroristas hace entrar en pánico a los inversores y a las organizaciones de inteligencia de otros países”.
La controversia, que refleja tensiones no solo políticas sino también institucionales, resalta la polarización en el manejo de la seguridad y el diálogo político en Argentina. Bullrich defiende un modelo de mano dura, mientras que figuras opositoras como Moreau abogan por revisar estas acciones en busca de más transparencia y respeto a derechos y protocolos. Así pues, este conflicto se inscribe en un contexto más amplio de discusión sobre la función del Estado en la gestión de la seguridad y el respeto a las instituciones democráticas.
LA NACION