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El próximo miércoles 30 de octubre, Argentina será escenario de un significativo paro nacional de transporte que afectará sustancialmente a camiones, trenes, aviones y barcos. Este evento promete ser un hito en la lucha sindical contra las medidas del gobierno de Javier Milei, cuyas políticas han encendido las alarmas en distintos sectores.

Con la bandera en alto, la Mesa Nacional de Transporte convoca a esta medida de fuerza en un contexto de efervescente tensión laboral. La chispa que ha encendido esta reacción: el incremento en las tarifas de transporte, catalizado por la eliminación de subsidios por parte del actual gobierno. Se espera que esta jornada marque un antes y después en un momento en que la sociedad busca una respuesta ante los embates económicos.

En este clima de incertidumbre, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ha decidido no adherirse al paro nacional de transporte debido a que la vigente conciliación obligatoria les impide participar activamente hasta el lunes 28 de octubre. Este segmento clave del transporte urbano continuará brindando su servicio, al menos por ahora.

Pese a esto, una reunión virtual entre las compañías de colectivos, la conducción sindical y la Secretaría de Trabajo, concluyó en un encuentro decisivo agendado para el lunes a las 11 horas. Todo apunta a que la jornada del jueves 31 podría ver la última palabra de la UTA sobre un eventual paro de colectivos.

En este contexto, el dirigente Roberto Fernández, voz clave de la UTA, declaró con firmeza: “No dijimos ni que sí ni que no”, resaltando que su compromiso está con los intereses inmediatos de los trabajadores. Un eco profundo que resuena en los pasillos sindicales: “Primero están los nuestros”.

Los trenes, tanto de pasajeros como de carga, harán eco del unísono descontento. Omar Maturano, influyente líder del gremio La Fraternidad, ha sellado su compromiso al adhesión al paro, dejando a cientos de miles de argentinos organizando sus planes diarios sin el servicio ferroviario.

En lo alto de las nubes, el servicio aéreo verá también frenar sus alas. Juan Pablo Brey, a la vanguardia aerocomercial, ratificó el alineamiento con el paro, asegurando que tanto los vuelos comerciales como los de carga enfrentarán repercusiones significativas. La logística aérea se verá comprometida, y los pasajeros deberán prepararse para las demoras o cancelaciones inminentes.

Camiones de carga y el transporte de mercancías también verán frenadas sus ruedas. Esto amenaza la cadena de abastecimiento a nivel nacional, lo que podría generar un impacto significativo en el suministro de productos esenciales. Pablo Moyano, impulsor de esta decisión y figura central del sindicato de camioneros, ratificó la medida en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte.

Finalizando el panorama, la actividad portuaria cesará, afectando tanto el transporte de pasajeros como el de carga. Las voces sindicales se alzaron unidas asegurando la paralización total de las operaciones, enviando un contundente mensaje de resistencia en estas arenas movidas.