¿Quiénes son los barras de Boca que armaron el lío en Rosario y charlaron con Riquelme en la tribuna?
Publicado: 25 / 10 /2024La aparición de Juan Román Riquelme se transformó en el bastión inesperado que evitó un desastre mayor en Boca. Bajo una cortina de gases lacrimógenos y balas de goma, el mítico número diez logró frenar lo que prometía convertirse en una tragedia. Las imágenes recorrieron el planeta, mostrando a la temida barra Xeneize en un desesperado intento por enfrentarse a los hinchas de Gimnasia, en lo que resultó una flagrante exhibición de la improvisación de las fuerzas de seguridad en Argentina. No es una novedad que la barra de Boca, un monstruo alimentado por sucesivas dirigencias, siga actuando impunemente. Riquelme, presidente del club, se encontraba en el ojo del huracán intentando razonar con personajes siniestros del mundo barra: las manos derecha de los jefes Rafael Di Zeo y Marcelo Aravena. Allí, en medio del caos, Juan Román intentaba dialogar con figuras emblemáticas como Fabián “Topadora” Kruger y Fernando “Lana” Gatica, ambos con un historial delictivo tan grande como la hinchada misma.
La coexistencia entre la directiva y la barra es un secreto a voces cimentado en décadas de negociaciones oscilando entre la connivencia y la confrontación. Negocios como la reventa de entradas no son más que la punta del iceberg de un entramado que ha visto desfilar a distintas cabezas visibles dentro y fuera del ámbito futbolístico.
Volviendo a las figuras de la noche, Gatica y Krueger, quienes décadas atrás asumieron roles de poder dentro de la hinchada, actúan como vestigios de una herencia violenta arraigada en el fútbol argentino y el tejido institucional de clubes como Boca Juniors. Mientras Krueger apadrina causas judiciales a lo largo de los años, Gatica asume un protagonismo público con más frecuencia, ambos perpetuando una cultura de la barra que trasciende el tiempo y espacio.
Es claro que los acontecimientos en el fútbol y la serie de conflictos que involucran a dirigentes financieros, deportes y las barras bravas son la manifestación de un problema social de fondo, un recordatorio de que los desafíos de seguridad en el fútbol argentino no son simplemente un espectáculo deportivo sino un reflejo de las complejidades entre el poder y los pactos oscuros que subyacen en las gradas y pasillos de los estadios.