La fascinante historia del estadio argentino que enloquece a los austríacos
Publicado: 19 / 10 /2024El Estadio Mario Alberto Kempes, ubicado en la ciudad de Córdoba, resplandece como un verdadero ícono del fútbol argentino. Sin embargo, para los turistas provenientes de Austria, este lugar adquiere un significado casi espiritual. Es considerado por ellos como un “suelo sagrado”. Algunos visitantes llegan a besar el césped, mientras que los más curiosos indagan sobre el arco donde Hans Krankl marcó su histórico gol. No cabe duda de que los austríacos también son apasionados del fútbol; no en vano, uno de ellos hasta tocó el violín en pleno campo de juego.
Todo este fervor se remonta al 21 de junio de 1978 en Córdoba, Argentina. Fue durante la segunda ronda del Mundial de Fútbol cuando Alemania se enfrentó a Austria. Cabe recordar que el Mundial de Fútbol de 1978 fue el último torneo con una estructura de 16 equipos divididos en cuatro grupos. Aquellos que alcanzaban los primeros dos lugares avanzaban a bloques de cuatro equipos, cuyo ganador disputaba la final, mientras que los segundos jugaban por un honroso tercer lugar.
Austria, tras enfrentar derrotas ante Holanda e Italia, no tenía expectativas de avanzar al último cuadrante cuando se encontró con la República Federal Alemana. Alemania, con dos empates antes de este enfrentamiento, requería una goleada contra los austríacos y deseaba un empate en el partido entre holandeses e italianos para mantener sus posibilidades de revalidar su título mundial.
El estadio albergaba a una multitud, pero eran principalmente argentinos quienes, de manera comprensible, alentaban al “país chico”. Este encuentro quedó en la memoria; en Austria, es conocido como Das Wunder von Córdoba (el milagro de Córdoba) y en Alemania como Die Schmach von Córdoba (la desgracia de Córdoba).
Los alemanes abrieron el marcador con un gol de Karl-Heinz Rummenigge y mostraban un potencial de ampliar su ventaja. No obstante, en el segundo tiempo, un autogol de Berti Vogts y un tanto impactante de Hans Krankl cambiaron la dinámica del partido. Aunque Alemania logró empatar mediante Bernd Hölzenbein, Krankl volvió a sorprender con un gol a tres minutos del final, asegurando un inolvidable 3 a 2.
Pese a que, superficialmente, parecería que la victoria carece de valor tras ser eliminado, esto no coincide con el orgullo austríaco al vencer a un rival de la envergadura alemana, especialmente considerando su condición de anterior campeón.
“La meca” del fútbol para los austríacos
El estadio donde Austria logró este hazaña futbolística fue inicialmente denominado Estadio Polideportivo Ciudad de Córdoba. En 2010, fue rebautizado como Estadio Mario Alberto Kempes, en honor al destacado futbolista cordobés, estrella del equipo campeón de 1978. No obstante, en la comunidad local se le conoce coloquialmente como el Chateau Carreras, o simplificadamente como “El Cható”.
En Austria, el furor por este emblemático estadio se manifiesta en su capital, Viena, donde existe una Plaza Córdoba, aunque pocos austríacos conocen la historia detrás de su nomenclatura.
En ocasión de establecer un gesto de hermandad simbólica, se planteó enviar antiguas bancas del estadio a la ciudad de Viena. Recibidos por el alcalde Michael Ludwig, decidieron ubicarlas en un museo para preservarlas apropiadamente.
En conclusión, la distancia geográfica parece diluirse frente a la conexión emocional establecida por eventos como este. El fútbol, una vez más, traspasa fronteras, enlazando legados y corazones desde Córdoba a Viena.